Se acaba de estrenar en Estados Unidos la película basada en el fotógrafo que, para mí, tomó la mejor fotografía que jamás haya visto en la historia. Todavía se me caen lagrimas cada vez que la vuelvo a ver, pero aunque su autor ya no esté y probablemente sea muy difícil que exista otro fotógrafo así en muchos años, niñas como aquella seguirá habiendo en un mundo en el que se puede pedir hasta una casa por Internet para que te la manden en un camión.
La historia de unos reporteros de guerra que crearon un club y la retrataron juntos hasta que la muerte les separó, hasta que K.Carter se exilió en el África más hambrienta para retratarla y olvidar su perdida, hasta que no pudo más con su pena y decidió reunirse con su compañero de guerra.